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Best Tailor Made Tours in Quito, Ecuador and the Galapagos Islands

2011-08-14

QUITEÑOS, PARTE II


Amigos, imaginen que al continuar nuestro recorrido, habíamos cubierto ya algo magnífico, pero lo que venía, definitivamente cerraría con  broche de oro la visita.

Nos esperaba un museo de arte precolombino que en mi opinión tanto la casona, totalmente recuperada, ya es de encanto y gran valor por su tiempo de construcción, año 1611 reza en su dintel y  el evocar el pasado de un ir y venir de culturas que plasmaron una rica y variada cosmología en la piedra, barro y oro.  Una deslumbrante colección producida a lo largo de 5.000 años y permitirnos así transitar por complejos mundos paralelos.  Se subestimó siempre estas culturas, vaya uno a comprender a los conquistadores!   …”NO DEJAD PIEDRA SOBRE PIEDRA…” fue la orden, caso contrario, imagínense, otra sería nuestra historia, con mayor conocimiento de  causa.  Mis turistas, a punto de desfallecer de la emoción.

El sol, empezaba a despedirse y nosotros frente a frente a un estilo manierista en su construcción, más humano, limpio, austero y poderoso, grande:   San Francisco .  Lleno de simbología, balance, y unión de culturas, no en vano decía el rey de España de aquel entonces: “…debería verlo desde el Escorial...”; cumplíamos una vista de su exterior pues nos esperaba un ascenso a cúpulas y en el camino…nuestra Plaza Grande, el corazón del Centro Histórico, un “must” para el turista.

En una de sus ediciones sobre Quito, el gran quiteño Luciano Andrade Marín dice  “ […]dejó Eloy Alfaro  al descubierto para la contemplación y veneración perpetua de los ecuatorianos, esa exquisita pieza de superior arte y de supremo simbolismo que se yergue elegantísima en la antigua Plaza Mayor, fuero de Castilla, para los conquistadores, Plaza Grande, del pueblo quiteño y desde entonces consagrada  como la Plaza de la Independencia…” qué más puedo decir sino que lo completa la magnífica delineación cuadrada de la Plaza, nuestra Plaza Grande de los Cuatro Poderes, y saber que nuestro Palacio de Gobierno, está considerado como una de las construcciones más antiguas, dejada por España.  Ya tendré oportunidad de  compartir visitas al respecto y que necesita especial mención.

Llegamos finalmente al Convento-Monasterio de San Agustín, no sin antes observar en el camino la influencia de arquitectura francesa, morisca en las diferentes construcciones del sector.  No más pasamos esas puertas pesadas del Claustro, con incrustaciones de corazones, que representan al corazón de su Santo, que dicho sea de paso, fue más pecador que el común y arrepentido, decide crear y ordenarse como tal y por supuesto, nosotros tener el privilegio de visitar un lugar que si bien es más pequeño que los otros, pero para los ecuatorianos y para América, es de gran significación.  Solamente me referiré a su interior, pues desde que pones un pie, te sientes trasladado al Siglo XVI,  y  la decoración grandiosa o artesonado que cubrían a sus cuatro corredores, con su estilo mudéjar español, créanlo, queda uno, pues los  demás fueron utilizados como espacios de “tiro-al-blanco durante aquellas ocupaciones militares… y simplemente desapareció su arte.  Y qué decir de su Sala Capitular, no hay espacio sin decoración, sus lienzos, el retablo, la sillería, la tribuna, cuánto derroche de decoración…sorprendente! Pero aún faltaba más…

Ascendíamos a los corredores y mientras comprendíamos cómo paredes tan pesadas pudieron ser construidas 400 años atrás, y concluir que nuestros antiguos (denominación para los indígenas), tenían gran capacidad desde siempre e injustamente calificados con lo contrario,  crujían los tablones originales con nuestro caminar y el sol, seguía poniéndose.  Necesitábamos dar pasos de apuro, porque lo que venía era simplemente “mágico”.

Al estar en el segundo nivel de la torre,  que dicho sea de paso es toda  una experiencia de altura, es importante notar el camino de la línea del sol, ningún elemento fue construido sin significado…y a todo esto  lo apreciábamos con la caída del Sol;  se perdía ante nuestros ojos, y nosotros sin palabras, observando los cuatro costados de la ciudad desde arriba, panorámico.  La magia de la luz eléctrica se apoderaba de la ciudad:  luces directas, tenues, cerca, lejos, a gran distancia, todo se presentaba alucinante; la vista espectacular a la neogótica Basílica, como haciendo un límite de Quito, como que detrás de ella no hay más…qué espectáculo, y ese momento de gran final cada quien en un silencio profundo se despedían de  Quito y así desde ese instante, mis turistas se convirtieron en más “chasquis” de mi Ciudad, pues  como correos humanos tendrán mucho que hacer llegar y hablar…

2011-02-20

VIVIENDO QUITO

Quiteños:

Con gran tentación por hacer  uso de estos medios mágicos para mí, empezaré a ­­­“blogear” y compartir mis impresiones y experiencias con ustedes, con el mundo!

Bueno, comienzo y no más preámbulo.

En el 8 de Enero de este nuevo año 2011, he llevado a tres jóvenes turistas de: Ecuador, Francia (con raíces japonesas), y Brasil por un día a nuestro amado Centro Histórico.  Vaya trío: un varón y dos damas, pero a todos les une la pasión por conocer lugares escondidos, diferentes, únicos e historia… y Quito, es el ideal para eso y más.

Al procesar nuestra experiencia, pienso en que buenos turistas con los que compartí; vivieron cada momento con ganas, interés, emoción, alegría, superando el cambiante e inestable clima de Quito (imposible de predecir), y el hecho de que un día no es suficiente para visitar cuánto hay para conocer del Quito antiguo, la ciudad vieja.  Iniciamos temprano en la mañana y la puesta del sol nos despidió con nostalgia.  Tuvimos tantas buenas oportunidades, y cada una de ellas se dio.  Los “chicos” fascinados… y cómo no estarlo si todo fue espectacular!  Mejor empiezo a contarles lo vivido en ese maravilloso día…

Luego de reunirnos  puntualmente, y con transporte propio para este fin, fuimos a un lugar que solo por su tiempo de existencia (400 años aproximadamente) ya es historia; ahora está en plena segunda restauración, pero no fue inconveniente para nosotros visitarlo por dentro y por fuera.  En plenas obras, con andamios exteriores de VERTIGO, que no fueron impedimento de iniciarnos con una vista panorámica ÚNICA de MI Quito… EXCEPCIONAL; qué privilegio y esplendor al mirar al Centro Histórico desde arriba, se lo ve  como encunado entre las colinas, entre las montañas, como que cada una de ellas lo protege y le abraza.  Por eso lo comparan con Roma y Jerusalén, por sus 7 Colinas Sagradas, y las nuestras lo son: Panecillo o Yavirac (nombre Inca), Colina Sagrada de adoración al Sol, la Colina de San Juan y de adoración a la Luna, para nombrar solo dos de ellas, y si, como les decía, estábamos en un lugar que fue construido como hoy lo consideraríamos en las “afueras” de la ciudad, para descanso o retiro parroquial.  Este lugar ahora, está en el inicio del polémico sector Sur de Quito, tan verde, tan poblado…

Para bajar un poco la emoción de haber estado en un lugar donde vimos la mismísima Cruz a la cual nuestro Padre Almeida la usaba como escalera y la ventana por la que escapaba por las noches para irse de fiesta (vaya leyenda!) y de haber visto un museo con arte colonial de privilegio; las habitaciones o celdas del convento; el claustro; los patios; la cocina; su arquitectura de paredes “piponas” o muy verticales con ventanas pequeñas; patios cuadrados con piedra cincelada una por una, patios-jardines  todo muy español y hasta donde los religiosos hacían “pis” (muy creativo el lugar, ni se lo imaginan); sus tejas, que son buena herencia de los “Spanish”, que de paso les digo que donde hay una teja, estuvo España, sino adivinen de dónde nace el sombrero tejano... Se lo han preguntado?

Les decía, que para bajar un poco tanta emoción de haber visto arte, religión e historia en un solo y magnífico lugar, fuimos hacia otro, pero éste con todo el esplendor de lo actual, museo totalmente contemporáneo, enclavado en otra de nuestras colinas sagradas, el Museo del Agua o Museo YAKU (palabra quechua). 

Que vista!  Que experiencia!  Que fusión de espacios con tan poca distancia en nuestro “Centro de la Ciudad”; lo viejo, con lo nuevo, la historia con lo contemporáneo, con el conocimiento, con la necesidad de hacer saber que si no cuidamos ahora este líquido vital, llamado AGUA no quisiera ni imaginar que podría pasar…

Y así, entre estas y las otras, ya era tiempo de almorzar: qué hambre!  Y que mejor que bajar a ese barrio donde se origina el tan ingrato y necesario control del barrio, con un hombre que envuelto en ropa pesada hasta la nariz, para protegerse de las gélidas noches de Quito, “rondaba” desde caído el sol hasta la madrugada “cuidando” la vecindad y advirtiendo: “aquí estoy…” por eso el nombre del lugar: barrio La Ronda, uno de los proyectos de éxito de recuperación del Centro Histórico, que de zona roja, ha pasado a ser un lugar de paseo familiar y cargado de eventos culturales y sociales, con lugareños que viven y trabajan en una área totalmente remozada, con el gran reto de mantenerla y ser el lugar turístico de atracción para propios y ajenos.  Cuanto ha mejorado la estima personal de esta gente!  Recuerdo por ejemplo, a la señora Marta, que muy humildemente o mejor dicho, sin mayor conciencia de lo que hacía, y en un ambiente descuidado, hace no más de cinco años, vendía sus manjares hogareños, sin darse cuenta de lo que tenía en sus manos.  Vayan ahora a ver lo que es la Casa del Geranio, nombre puesto por ser el de la flor símbolo de nuestra ciudad, a este lugar-casa-negocio en un entorno rodeado de esta planta y que nos traslada cientos de años atrás apenas pones un pie dentro y te das cuenta cuánta influencia española quedó por todo lado en nuestra ciudad… de las viviendas de adobe y paja a casas con techo de teja…

No podía dejar de hacer gala con los jóvenes, de la variedad infinita que tenemos en gastronomía; sean mariscos, carnes, ensaladas o una simple y única empanada de morocho o de viento, tan deliciosas y  tradicionales para nosotros, los quiteños, con esos fantásticos jugos de fruta natural, porque nuestro país por tener una ubicación geográfica única en el mundo y como consecuencia un clima tan privilegiado, lo que nos sobra son diversidad de fruta, vegetales, verduras (todo-el-año!), pude darme cuenta que mis turistas disfrutaron de cada bocado.  Pero se nos hacía tarde y la sobremesa, tenía que ser corta porque aún nos quedaban más visitas importantes por hacer.

Apenas habíamos cubierto la mitad del tour y la continuación del mismo, compartiré próximamente con ustedes.

Y como dice el viejo refrán, "del buen vino, poco a poco", de igual manera llegaremos al fin de esta inigualable visita al Centro Histórico de mi Quito.

Hasta pronto, until soon!!!!!

Patricia Rivas G.